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sábado, 23 de marzo de 2024

CAMELOT 3000 - DC EDICIONES ZINCO (1983)

“Todos los profetas afirmaron que el Rey Arthur y sus caballeros da la Mesa Redonda se alzarían una vez más para defender a Inglaterra durante su época de mayor peligro. Sin embargo, los profetas nunca pudieron prever una invasión extranjera… o las extrañas formas que caballeros adoptarían…”  

Corría el año 1984/85, cuando por avatares del destino, cayó en mis manos éste tomo, que mostraba en su portada, un conjunto de imágenes superpuestas unas sobre otras, dando forma a una escena tan extraña como atractiva, en la que se entremezclaban personajes y situaciones, que a mí, se me antojaban fascinantes (aún hoy me lo parecen). 



Sin más dilación, y con toda la impaciencia y expectación propias de mi edad, me dispuse a saciar mi sed de aventuras, combates y acción a raudales que, a buen seguro, me ofrecía aquel “libro-cómic” que tenía entre mis manos. El comienzo no podía ser de lo más prometedor, una Inglaterra futurista, corrupta y decadente, donde la delincuencia o la simple discrepancia eran objeto de brutales represiones y donde los campos de “reeducación” y manipulación genética, se convertían de nuevo en una realidad cotidiana, agonizaba bajo el implacable yugo de de una fuerza opresora de origen extraterrestre, que poco a poco iba tomando el control de todo el planeta. 


Comprenderá, amigo lector, que mi cándida mente infantil, absolutamente influenciada por la irrefrenable moda alienígena, que copaba nuestros cines, televisiones y kioscos en los años 80, (desde Star Wars a E.T. pasando por Starman o V), no podía por menos que deleitarse de manera casi febril, ante tal despliegue de naves espaciales, marcianos canallas y armas de destrucción masiva. Pero aquel comic tenía algo más, algo especialmente original, que me hacía continuar mi lectura, con expectante interés… 
En plena huída, y tras haber presenciado la muerte de sus padres a manos de los invasores, el joven Tom encuentra accidentalmente bajo las rocas de Glastonbury, un enorme ataúd de piedra con la siguiente inscripción “Hic iacer sepultus inclitus Rex Arturius rex quondam resque futurus”, Aquí yace sepultado el famoso Rey Arturo, antiguo y futuro Rey. De él, y ante los ojos del asombrado muchacho, emerge una majestuosa figura, que afirma ser Arthur Pendragon, Rey de Bretaña y señor del Imperio Romano. Monarca y muchacho parten de Glastonbury camino de Stonehenge, para liberar al todopoderoso Merlín, que, tras casi un milenio, languidece cautivo a manos de la bruja Nínive. El siguiente paso será reunir de nuevo a los caballeros de la Mesa Redonda(o más bien a sus reencarnaciones), e iniciar la contraofensiva contra los invasores comandados por Morgan Le Fay, diabólica hechicera, y medio hermana del rey. 
Tan anacrónico argumento servía de excusa, para desarrollar una trama plagada de elementos fantásticos y mitológicos, propios de las leyendas artúricas, adaptados y modificados arreglo a las características de ese hipotético futuro, en que se desarrollaba la acción, el año 3000. 
Con ocho años de edad debo reconocer que mis conocimientos en materia “arthuriana”, se basaban casi exclusivamente en alguna que otra lectura infantil y en las edulcoradas películas de los años sesenta, que ponían los sábados por la tarde, material todo aquel que, por supuesto, estaba exento de las traiciones, adulterios violencia explícita, que me ofrecía aquel insólito relato, que tenía entre mis manos. 

La Dama del Lago, la espada y la piedra, Morgan Le Fay, Mordred, la búsqueda del Santo Grial, la traición de Sir Lancelot y Ginebra, el romance entre Tristán e Isolda (en el cómic Sir Tristán se reencarna en una mujer al igual que Isolda)… eran datos de la leyenda que me resultaban desconocidos, y que aquel cómic me ofrecía de manera totalmente desinteresada. En lo artístico, el magistral uso de viñetas irregulares, la alternancia en el uso de diferentes planos y el realismo en el trazo y diseño de los personajes y escenas, mas orientadas a un público adulto que a mis entonces pueriles ojos, contribuían a aumentar la inquietud a cada momento, transmitiendo acción y dinamismo y ayudando a acrecentar la sensación de dramatismo, emoción y tragedia. En lo literario, un excelente guión repleto de acción trepidante que entremezclaba de manera excepcionalmente original, las historias de espada y la brujería más clásicas con la ciencia ficción más futurista, abría mi mente a un mundo hasta entonces inexplorado, que aún hoy me resulta fascinante, que me ha llevado a leer, a investigar, a descubrir… 
Y es que, amigo lector, Camelot 3000, es uno de esos tesoros que descubres un día y que está presente a lo largo de toda tu vida, como una pequeña parte de ese andamiaje que te ayuda a crecer, desarrollarte y evolucionar como persona. Algo que merece la pena conservar en alguna estantería, un enorme ataúd de piedra a la espera de ser “descubierto” de nuevo, quizá por futuras generaciones, y permitir así que continúe el ciclo… 




Para finalizar esta entrada, comentaré una anécdota que sé seguro que a mas de un lector (sobre todo de cómics) de los de mi generación, compartirá conmigo. Como se puede comprobar en la primera imagen de portada, en la parte inferior de la misma pone "TOMO I". Efectivamente, el comic estaba incompleto. Era solo un tomo con 7 números, de los 12 de los que se componía la serie original, con lo que la historia quedaba inconclusa, a no ser que consiguieras el resto de números (no existía Internet). Cosa que me era imposible, debido a factores como mi tierna edad, falta de  recursos económicos y, sobre todo, mi pequeña localidad de residencia, a la que las colecciones de cómics nunca llegaban completas a las tiendas. Es un tomo que leí y releí creo que cientos de veces, imaginando cual podría ser el desenlace de tan extraordinaria aventura. Poco a poco fui creciendo, y, dedicando mi tiempo a otras cosas mas propias de mi edad. Pero quiso el destino que bastantes años después, dando una vuelta con mi novia, hoy esposa, por las tiendas de cómics de Madrid (es una afición que espero no perder nunca), encontré un tomo más moderno, con la colección COMPLETA, SÍ, COMPLETA. Finalmente pude conocer el desenlace de la historia que tantas veces había imaginado. Aunque debo reconocer que la continuación, no me impresionó tanto como la primera parte (ya tenía otra edad, y mas obras leídas), no me defraudó, y aún hoy revisiono la colección de vez en cuando...


2 comentarios:

  1. Conozco este comic solo por el título y alguna de las portadas, pero nunca lo leí. Parece bastante interesante, por lo que cuentas.

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    1. Totalmente recomendable, Ricardo, créeme, no te va a decepcionar.

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